Nuestro centro tiene como meta fundamental el desarrollo integral de la persona desde una concepción cristiana de la vida y del mundo. Cultivamos la educación moral de los alumnos/as en la triple dimensión personal, social y religiosa. Esta educación, enraizada en el Evangelio, se mueve por los siguientes principios educativos:

      • La educación en un clima de libertad cristiana, comprensión, respeto, acogida, encuentro, diálogo, colaboración y sencillez.
      • Anunciar explícitamente el mensaje de Jesús sobre el Reino de Dios y procurar que este Reino se haga realidad en el propio centro.
      • La formación en valores éticos como la responsabilidad, el trabajo, la verdad y la paz.
      • La alegre convicción de la pertenencia a la Iglesia y la frecuente participación en su Liturgia y en la acción evangelizadora de la misma.
      • La oración y la lectura asidua de la Sagrada Escritura.
      • La filial confianza en María, Madre de Dios y de la Iglesia.
      • El amor, la fraternidad, la solidaridad, la empatía, el diálogo, la justicia y el compromiso.
      • El desarrollo progresivo del sentido crítico de los alumnos/as respecto a la realidad social, cultural y científica.
      • Potenciar el uso formativo del tiempo libre, la práctica del deporte y la organización de grupos y asociaciones para vivir humana y cristianamente los tiempos de ocio.
      • Como centro católico, los educadores estamos al servicio del alumnado para fomentar un ambiente de fraternidad y la apertura a todos, especialmente a los más necesitados.